Dolor a la carta

Mi tierna princesa:  Estoy aquí, hoy. A tu lado otra vez, porque ansío curar tus alas. Sé que hay algo que te duele y eso me lastima, por ello, deseo con el alma, poder repararlas. Acércate sin miedo, solo quiero secar tus lágrimas y eliminar los nudos que se han formado en tu garganta, demostrándote el cariño, que mi corazón guarda. ¿Me dejas entrar y conocer lo que ocultas detrás de las lágrimas? Sí, yo quiero quedarme en medio de tus ruinas, a mí, no me asusta ver tu interior y anhelo acariciar aquello que te averguenza de ti misma. Solo es que tú, me (te) lo permitas.  Sí, permítete sentir este amor, que sale de mí, directo hacia tu corazón. No le digas un rotundo NO. Ven,  déjate llenar con él, para que vuelvas a volar como tú sabes hacerlo. Te comprendo, esto toma tiempo, pero permaneceré contigo sin importar cuanto tarde tu proceso.  Debany Guadalupe Pérez Pérez 

Chiquita preciosa: Quisiera saber cómo te encuentras hoy, sí, tú que sientes que a nadie le importas y, que el mundo parece un lugar tan silencioso, pero ruidoso a la vez ¿Piensas que es contradictorio todo esto? Créeme que te entiendo y añoro ir hacia ti a tiempo, para cuidarte y tranquilizar tus miedos.  Ven, quiero escuchar todo eso que guardas y te lleva hacia la confusión o el desespero, aquello que escondes para no verte expuesta por juicios ni señalamientos. Entra a este lugar, te lo doy como un regalo para que encuentres tu paz y puedas enfrentar con fe, lo que no te es posible cambiar, tú no estás de más.  Aproxímate a mí, déjame amar cada faceta de ti. Aquí no tienes que mentir. Acércate y háblame,  pues espero con ansias saber lo que te emociona hasta las lágrimas, cuáles son los talentos que te hacen sentir orgullosa de quien eres, tu sabor favorito, cuanto te gusta mirar la luna y, simplemente disfrutar el sonido de tu voz ¿Te preguntas quien lo disfrutaría? Aquí estoy yo