Carta para cuando te sientas frágil

Mi amor: 

Hoy vengo porque deseo curarte el corazón y amarlo de forma incondicional, pues, aunque es ajeno a mí, no quiero que deje de respirar. Anhelo devolverle la alegría y que verlo ser ese suave bálsamo que ilumina mis días, que encuentre la paz. Déjame armarlo, prometo no dañarlo, solo quiero repararle y hacer que no sienta miedo de amar con ese amor tan especial. 

Sé que eres una personita llena de tesoros que se traducen en ternura, calidez y tranquilidad, un amor que sana con tan solo tocar, pero hoy necesita ser rescatado. Ven, yo te abrazo, y si las cosas están saliendo mal, quiero darte un aplauso por el esfuerzo que has hecho para llegar a aquello por lo que tanto has luchado. 

Quiero proteger tu corazón de mariposa y estar a su lado donde quiera que vaya, celebrar en sus alegrías o quedarme, poner una curita y enjugar sus lágrimas porque lo amo y creo en él. Es algo precioso que quizá no puedes ver, más se ha adherido a mi piel, con una conexión única que ha marcado huellas, que jamás se podrán deshacer. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

La estructura de tu corazón es valiosa

Lo estás haciendo bien

Carta a Dios